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lunes, 25 de agosto de 2014
viernes, 13 de julio de 2012
La máxima obsesión de Edgar Allan Poe: La Muerte
Por Constanza Alvarez
Tamara Fuentes
Si revisamos las narraciones de Edgar Allan Poe podemos
identificar a simple vista un factor común que las caracteriza: La Muerte, pero
¿qué es la muerte para este famoso escritor norteamericano? ¿Qué tan profundo
se encuentra ésta en la mente de Edgar Allan Poe?, ¿Cómo este fenómeno llegó a
convertirse en su obsesión?
No se puede disociar la
muerte de la vida de Poe, ni mucho menos de su obra. Comenzando desde su niñez,
tan solo a los 3 años enfrentó el fallecimiento de sus padres, que en su
momento no pudo asimilar del todo por su edad, pero que en alguna instancia de
su vida debe haberlo cuestionado y afectado de algún modo u otro ¿Pudo haber
sido este el comienzo de su hipocondría vital? No lo sabemos, sin embargo, tuvo
que repetir más de una vez experiencias cercanas a la muerte, como por ejemplo
de su esposa (Asociemos esto a que Poe consideraba que la perdida más dolorosa
es la de la persona amada “Filosofía de la composición”) quién le entregó el
último suspiro de amor, a los 24 años, y sin duda fue el acontecimiento que
marcó todo su mundo e incluso le ocasionó una gran depresión y en una carta
envidada a su más cercana tía, le expresa el gran dolor que sentía: “No nos queda sino morir juntos. Ahora ya de nada
sirve razonar conmigo; no puedo más, tengo que morir. Desde que publiqué Eureka, no tengo deseos de seguir con
vida. No puedo terminar nada más. Por tu amor era dulce la vida, pero hemos de
morir juntos (...) Desde que me encuentro aquí he estado una vez en prisión por
embriaguez, pero aquella vez no estaba borracho” 1.
La Muerte influyó no tan
solo a nivel personal, sino también en su creación literaria. Por consiguiente,
realizamos una analogía en relación a la extinción de vida, con una de sus
narraciones más destacadas dentro de este género del terror, llamada “La
Máscara de la Muerte Roja”. En este
cuento, se narra a una “Muerte Roja” que asesina a todos los asistentes en un
baile realizado por el Príncipe Próspero, que tal como dice su nombre, es una
muerte roja la que sufren estas víctimas, que yacen inundadas en su propia
sangre; es por ello que se afirma que Poe reflejó en aquel mundo, todo lo que
tratamos anteriormente en relación a la enfermedad de su esposa, cómo lo
refleja en otra de sus cartas: “Seis años atrás la mujer que
más amé enfermó con recurrentes sangramientos pulmonares; al final del año se
repitieron estos episodios”2.
“La muerte” fue para la vida de
Edgar Allan Poe, un tema para él tan inevitable y reiterativo al igual como su
adicción al alcohol: “A la muerte se le toma de frente con valor y después se
le invita a una copa”3. Empero no podemos dejar de lado, si nuestro
objetivo es tomar el océano de razones que unen a Poe con la muerte, toda la
influencia que tuvo sobre su persona, la época en que le tocó vivir, junto con
los diversos antecedentes históricos que respaldan acaso su obsesión. En este
punto, una corriente llega a nuestros oídos ¿Romanticismo?, acaso no es esta
misma corriente aquella que se relaciona con términos como: angustia, terror,
individualismo (muy presente dentro de los cuentos de Poe ya que la mayoría de
las veces éste se presenta como protagonista o espectador) oscuridad, suspenso
y muerte, la cuál se despliega a los largo de toda nuestra narración y se
encarna de la forma más exquisita a través de la descripción de espacios y
disfraces colmados de horror y de la fantasía del mundo romántico.
Antes de salir a flote de este
sumergimiento que nos hizo Poe en el tema de La Muerte, es inconcebible no
preguntarse ¿Es la que Poe nos presenta una muerte común y corriente? Sin duda
que no. Él, es el precursor en la idea de plasmar en la literatura la existencia
de una muerte viviente, por muy paradójica que se presente esta idea, “La Muerte”
de Poe es poderosa porque posee una personalidad imponente y características
tan humanamente físicas. Edgar Allan Poe la presenta como cadavérica, alta,
delgada (muy al estilo gótico romántico), y su tan solo presencia causaba
terror, espanto y horror. Junto con estas características se da énfasis y se
reitera el tema de la sangre: ‘’sus vestiduras manchadas de sangre y su ancha
frente salpicada con el horror escarlata”4 lo cuál y como ya lo mencionamos
anteriormente, se relacionan con las horrorosas muertes que tuvo que presenciar
cargadas de espanto y por supuesto sangre.
No se puede considerar, a pesar
de lo anterior, que Poe concibiera a la muerte como un aspecto terrible de la
vida, sino como algo que quería entender y manejar, dado que siempre se encontraba
en la disyuntiva entre la vida y la muerte; y fue así como Edgar Allan Poe
antes de rendirse a la muerte, la vio a ella como su aliada y la causante de su
trascendencia a través del tiempo.
¿Hace falta acaso otro lazo de
unión entre la muerte y Poe? Quizás, sin embargo, inconscientes de la respuesta
no podemos, más allá de los muchos argumentos que validen nuestra propuesta a
lo largo de este estudio, dejar de lado de que la ausencia de vida es y será
siempre una obsesión y una temática en boga de todo hombre de cualquier época,
tendencia o creencia de la cual no podemos dejar fuera a nuestro querido cuentista, él cual
tanto su vida como su muerte fueron la representación más fiel de la tenue luz
que alumbraba su obra.
4 Poe, Edgar
Allan, Narraciones Extraordinarias, Edt. Centro Gráfico, 2003, pág. 128.
“VOZ DE LA CONCIENCIA, LATIDOS QUE ENLOQUECEN, QUE
REVELAN Y MUCHO MÁS”
Mucho se especuló en su tiempo
sobre el perfil de Edgar Allan P, sus adicciones, sus relaciones amorosas, sus
problemas con el juego y las deudas económicas. Muchos se dieron el tiempo de
criticar a este “personaje”, aún después de su fallecimiento, como el caso del
denominado "literary
executor" llamado Rufus Griswold (crítico y escritor
estadounidense) rival directo de Poe, quien “fue
puesto en esto mundo” solo para destrozar la imagen del escritor por medio
de obras, blasfemias o verdades a medias. Hoy en día sabemos que de estos
enunciados, muchos no fueron reales, por ejemplo, la adicción de Poe al opio,
corroborada por Quinn en sus investigaciones, además de comprobarse que muchas
de las pruebas (cartas o memorias) usadas por Griswold no eran mas que
falsificaciones. En fin, mucho de lo que se dijo del poeta y escritor no fue
más que un deseo de arrasar con su imagen y tacharlo de “malvado” pero, tampoco
podemos negar los muchos rasgos “oscuros” presenten en su interior- en su
latir-, los cuales son evidenciables a lo largo de su vida, en sus acciones y,
sobre todo, en sus obras, como lo es “Corazón Delator”
La narración estadounidense
“Tell-Tale heart” (título original de la obra) es reconocido universalmente
como un clásico de la literatura gótica y como uno de los grandes reflejos de
la personalidad del autor, sin olvidar además, que es un claro ejemplo de la
teoría de este sobre como debe ser un “Relato Perfecto” pues cada palabra está pensada para suceder a
la anterior. De estas palabras podemos fácilmente desprender la semántica del
horror de Poe (y por tanto rasgos de su personalidad), factor común que aplica
dentro de sus relatos: La locura, terror, oscuridad, buitre, cautela, gemido,
sangre, muerte, cadáver, desesperación. Es posible incluso, inferir de este
relato, una relación hacia otras matices presentes en las diferentes creaciones
del escritor: La hipersensibilidad que
describe el narrador como la única “enfermedad” que lo afecta, comparable con
Roderick Usher en “La caída de la casa Usher” o el tema de la lucha entre la
racionalidad representada en el anciano y la imaginación alocada del narrador,
lo que también esta presente en el poema del mismo “A la ciencia.”
Ahora bien, a medida que
empecemos con la analogía entre el autor y la obra, veremos el desarrollo de
esta, acompañada de otros autores y críticos, pero antes se deben dejar claros
dos puntos importantes externos a la obra pero que envuelven el entorno de este
“genio creador”:
a)
No es posible catalogar a Edgar
Allan Poe por medio de sus propias palabras, pues hacia él mismo se declaraba
un anti romántico con postura en contra de la inspiración como motor de la
creación literaria: “La perfección solo nace por medio de la razón” En realidad
Poe es un “romántico oscuro” que obedece a la más lúgubre fantasía y que, por
sus personajes, evidencia claramente el carácter romántico
b)
A pesar de que aseguramos que
Poe fue un romántico, este no escribió sus obras dentro del periodo literario
de desarrollo (o más bien de auge, recordando que existe un romanticismo
tardío) de este movimiento, sus creaciones se ubican años más adelante, como la
que veremos aquí, publicada en 1843.
Con todo esto aclarado ya estamos al paso de entrar a los puntos que
demostraran como la vida oscura del autor se presenta claramente en sus obras,
tomando como ejemplo esta.
El relato señalado empieza por el final (In media res), como una confesión hacia uno o más testigos (se
infiere además que puede ser un periodista o un juez, por las explicaciones
detallistas que muestra el narrador) todo seguido por el uso del terror a
través del recuerdo de los acontecimientos, lo que se detiene a medida que
el narrador siempre interviene sobre la historia: "…Presten atención.
Escuchen y observen cuan tranquilamente puedo contarles toda la historia…" lo que ya denota cierto carácter de
inestabilidad mental en el personaje, lo que se aprecia desde siempre en las
decisiones de Poe en su vida y el como este analizaba los problemas, entre la
locura y la cordura. Tenemos en segundo lugar y referido al mismo punto de
desquicio, él como intenta justificar su locura por medio de defender racionalmente una conducta extremadamente irracional “…Pero, ¿por qué insisten
ustedes en llamarme loco?… Acaso no les dije que lo que ustedes confunden con locura es tan sólo una mayor sensibilidad
de los sentido… un loco jamás podría llevar a cabo tan minucioso plan…”
y en tercer lugar apreciamos ya por completo el rasgo de locura sobre el porqué
de la decisión final del sujeto, acabar con su víctima “… Quería mucho al viejo. Jamás me había
hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue
su ojo. ¡Sí, eso fue!... ” Esta cita deja claro que no habría razón
aparente para dicho crimen, claro, si el protagonista gozase de “una mente normal” pero como se trataba de un perturbado, de
él todo se podía esperar. Sus acciones eran el producto de sus alucinaciones,
lo que deja en claro las divagaciones de Poe tras los efectos del alcohol, de
otros consumos, de sus grandes penas en soledades, etc.
A medida que se desarrolla la
obra, apreciamos los diferentes dilemas del victimario quien sigue, por medio
de intervenciones, alagándose de su crimen y de los pasos que siguió: “¡Pensar que estaba ahí, abriendo poco a poco la
puerta, y que él ni siquiera soñaba con mis secretas intenciones o
pensamientos!” los cuales rápidamente adelantan a los hechos que siguen,
esto, más que un rasgo de la vida de Poe, es un hecho presenten en muchos de
sus relatos pertenecientes al recopilado de “Narraciones extraordinarias” que
vale la pena destacar. Ahora, sobre
todas estas intervenciones que hace el protagonista, tenemos que notar el cómo le
es necesaria la aprobación de los oyentes para justificar sus hechos, lo que
define la falta de atención, la falta de compañía, la soledad, la indiferencia y la oscuridad que cubrió a Poe en su vida (lo
que también denota su carácter romántico), lo que es mas correcto citar desde
el prólogo del mismo Edgar Allan Poe para su obra que recopiló todos estos
relatos: “No fui en la infancia como los
otros ni nunca vi como los otros vieron... Todo lo que amé lo amé solo...”
Finalmente tenemos todo el fin
del relato, que apunta al rasgo determinante presente en el personaje
principal, su desquicio a culmine: su locura. La representación de la locura a
través de un acto que no deja de sorprender y confundir al mismo autor del
asesinato: “Escuchaba ese palpitar,
estaba ahí y ellos disfrutaban con mi desesperación” Como pasar por alto la
consciencia de este individuo sin ver a Poe reflejado en él, como podemos
pensar que el autor logro un desquicio inmenso en su personaje, llevándolo a
confesar su crimen a causa del remordimiento tan grande de su mente, estallado
este en aquel palpitar terrible en sus oídos. Es así como vemos la locura y las
enfermedades mentales, expresadas detalladamente en un sistemático asesinato
llevado con la más fina agudeza, pero que visto por fuera (y con mente sana) es
el acto de un loco.
Por finalizar el tema de modo novedoso, quiero plantear: ¿No son los
inventos, acciones de inventores? ¿No son las máquinas, acciones de un mecánico?
¿No son los asesinatos, acciones de un asesino?¿No son las locuras, acciones de
un loco? … Entonces ¿No son estas obras desquiciadas y oscuras, obras de un ser
con las mismas características? ¿Podemos aplicar esto en Poe? A esto, mi
respuesta claramente la revela el desarrollo del mismo texto, “nada más”.
Autor: Exequiel Avendaño.
“El gato negro, historia de una traición mental”.
“El gato negro, historia de una traición mental”.
El ser humano esconde dentro de
su estructura mental grandes misterios, en cuanto a sus pensamientos y
acciones. Generalmente, se espera que haya una coherencia entre lo que se dice
o se piensa y lo que se hace, pero ¿Qué ocurre cuando esto no es así? Una
pregunta específica que tiene no pocas respuestas.
Pero actuar con coherencia ¿significa
necesariamente actuar bien? No siempre es así y esto podemos verlo de forma
concreta en el cuento de Poe “El gato negro”, donde se muestra una conexión
entre cómo se siente el personaje principal y cómo actúa, donde vemos que sus acciones
no son precisamente “normales” aunque sin embargo son coherentes con él.
Es interesante cómo el autor nos
introduce a un personaje solamente a través de una caracterización psicológica,
dejando de lado todo rasgo físico. Incluso, su nombre es un misterio. Esto
responde a que es en la psiquis donde precisamente se quiere actuar. Dicha
psicología del personaje hace, además, que el ambiente se inunde de una
estrategia de querer sobreponer lo psicológico ante lo meramente descriptivo, así
el ambiente psicológico toma un rol
principal dentro del espacio, más que lo físico o social.
Otro aspecto que potencia esta
sensación de “estar en la mente” del personaje es que el narrador es
protagonista y por consiguiente el relato se hace en primera persona, lo que le
otorga mayor profundidad y desarrollo a las motivaciones que tiene el personaje
para obrar de la forma que lo hace: “Recuerdo
que entonces se apoderó de mí un furor demoníaco. En aquel instante dejé de
conocerme”. (1)
La caracterización psicológica
del personaje nos lo muestra como un individuo que desde su niñez se distinguía
por su docilidad y humanidad de carácter, ejemplo de esto era el gran afecto que sentía por los animales, lo
que le llevaba a tener variadas mascotas. Es aquí donde vemos la primera
relación entre el carácter psicológico y una determinada acción. Esto se
convierte en un ciclo, debido a que como consecuencia de esto el sentía un gran
placer. Y decimos ciclo, ya que se presenta la siguiente secuencia: forma de ser – acción-
sensación. Las cuales se corresponden las unas a las otras de forma directa.
Este rasgo de docilidad y amor
por los animales, va creciendo a medida que el personaje también crece. Se casa
y su esposa comparte su gusto por los animales. Motivo por el cual, llegan a
tener varias mascotas.
Hasta esta parte del relato,
vemos que el personaje no experimenta ningún cambio en su carácter, lo que
conlleva a que no haya ningún cambio en su forma de ser. Se entiende que hay
coherencia entre pensamiento y acción.
Se narra una “amistad” particular
entre el personaje principal y un gato negro llamado “Pluto”, una amistad que
se extendió por años, junto con los cuales comienza a cambiar el carácter del
personaje. De esta forma, vemos que se produce un quiebre en el relato, ya que
hasta el momento hemos visto que el
actúa de determinada manera, pero ahora se nos presenta con un
temperamento empeorado radicalmente.
Aquí es donde podemos observar
que un cambio de estructura mental, conlleva de forma directa a un cambio en el
actuar. Esto quizás parezca algo obvio y no suene como gran descubrimiento,
pero dentro del relato toma gran importancia debido a lo que conlleva en tanto
al actuar del personaje y las acciones que éste llega a realizar.
Nuestro personaje se volvió malhumorado,
agresivo y violento. Tanto con los animales, que gran gusto le provocaban, como
con su mujer. Pero podemos pensar dentro de este contexto ¿qué produce este
cambio tan extremo?
“(…) Pero iba secuestrándome mi mal, porque ¿qué mal admite una
comparación con el alcohol?”(2). De esta forma el personaje nos deja ver
cuál es el motor de sus acciones, que van en aumento. Primero maltratando a sus
animales, luego a su mujer y finalmente convirtiéndose en un asesino.
De lo anterior, podemos ver que
Poe nos grafica los rasgos de una enfermedad llamada esquizofrenia, donde los
cambios y desequilibrios mentales son frecuentes. De esta manera observamos que
aunque las acciones cometidas por este personaje, que termina convirtiéndose en
un criminal, siguieron una lógica, que si bien no es la lógica socialmente
aceptada respondía a sus emociones, motivaciones y desequilibrios.
Como cada acción que no es
socialmente aceptada, su actuar fue sancionado y terminó sus días en la cárcel,
y es desde ahí donde nos relata los acontecimientos que en sus propias palabras
lo “han aterrorizado, torturado y
anonadado”. (3)
Esto nos lleva a pensar en nuestras
propias acciones y en las consecuencias que éstas nos traerán, ya que nuca
sabemos cómo nuestra mente nos puede traicionar.
1.- Poe, Edgar Allan. Narraciones
extraordinarias, “El gato negro”, Editorial Centro gráfica página 94
2.-Ídem 1.
3.- Ídem, página 93.
Autor: Francisco Muñoz.
Allan Poe, el gran manipulador literario del “El entierro prematuro”
Allan Poe, el gran
manipulador literario del “El entierro prematuro”
Por Camila Muñoz
Dayana Torres
Por muchos es conocido el gran
impacto que producen en el lector las Narraciones extraordinarias de Edgar Allan
Poe. El gran Poeta y narrador estadounidense, a través de diversos recursos narrativos,
logra manipular las sensaciones del lector. Esto se ve evidenciado en su obra “El
entierro prematuro”, donde el autor despliega todo su talento
artístico-literario, consiguiendo convencer al lector de que ser enterrado vivo
es la experiencia más aterradora y horripilante por la que puede pasar un ser humano, y a la vez logra mantener una
sensación de suspenso en el lector.
Pero ¿cómo logra Edgar Allan Poe
manipular las sensaciones del lector? El narrador lo logra a través de ejemplificaciones.
Esto se ve al comienzo del relato, donde Poe , como narrador, se limita a
relatar diversos casos de personas que fueron enterradas con vida, logrando con
esto dar antecedentes al lector de que, en efecto, eso sí ha ocurrido. También
utiliza frases claves, las cuales son tan exactas, tan dadas como ciertas que ¿quién
podría ponerlas en duda?“Ser enterrado
vivo es, sin ningún género de duda, el más terrorífico extremo que jamás haya
caído en suerte a un simple mortal”,1 con esto el narrador instaura como
verdad absoluta aquella realidad, la cual es asumida por el lector como tal.
Allan Poe también recurre a la
utilización de metáforas para presentar en sentido figurado, la veracidad en su
relato, por ejemplo, cuando el narrador dice: “La cuerda de plata no quedó suelta para siempre, ni irreparablemente
roto el vaso de oro. Pero entretanto, ¿dónde estaba el alma?”2. Con esto Allan
Poe logra instaurar un inquietud en el lector, el cual se preguntará en efecto
¿Dónde estaba el alma en el transe de la catalepsia? Allan Poe nos manipula,
sabe cómo hacerlo.
Podemos notar también el temor
propio del narrador protagonista al presentarnos sus propios miedos sobre los
entierros a personas vivas, a través de la descripción de su plan para zafarse
de un posible entierro futuro. Este plan de escape, hace que el lector adquiera
un rol activo, ya que participa en la historia, estando en acuerdo con el
narrador, considerando que su plan sería realmente efectivo.
A través de los diferentes casos
“reales” que el narrador va relatando, acerca
de la más variada muestra de personas, de distintas clases sociales, lugares, que
han sufrido de entierros prematuros, crea en el lector un temor más vivo, y
un suspenso aterrador, a medida que va avanzando en el relato, y pasando de una
experiencia a otra. Así nos da a entender que un fenómeno como este, le puede suceder a cualquier persona, sin distinción de edad,
sexo o estrato social, todos estamos en riesgo de ser enterrados con vida.
Todo lo anteriormente mencionado,
sin duda forma parte de una de las estrategias del autor para confrontar al
lector con sus miedos, y hacerlos poseedores del suyo propio, lo que finalmente
logra con la presentación de su experiencia como hombre enterrado en vida.
Otra de las estrategias utilizadas
por el narrador para “envolver” al lector a través del relato “El entierro prematuro”, es la
aparición, cada tanto en el relato, de frases
avasalladoras, en cuanto al miedo que brota de ellas, las cuales están
deliberadamente colocadas.
Cuando
leemos “El dato más espeluznante de este incidente, sin embargo, se encuentra
en lo que afirmó el mismo señor Stapleton. Declaró que en ningún momento perdió
todo el sentido, que de un modo borroso y confuso percibía todo lo que le estaba
ocurriendo desde el instante en que fuera declarado muerto por los médicos
hasta cuando cayó desmayado en el piso del
Hospital.”3 Es imposible que no se nos pase por la cabeza ese
momento, nos ponemos en el lugar del
señor Stapleton y sentimos su miedo, sentimos el horror que sintió él al estar
al tanto de todo lo que ocurría, y nos sumimos en un mar de desesperación y
desesperanza absoluta, provocada por la sensación de sentirse privados de la vida, y recibidos por la
muerte.
Finalmente
el protagonista, después de haberse visto enfrentado a su mayor temor, comenzó
a vislumbrar el camino que debía seguir,
ya que hasta el momento había estado sumergido en una vida en base al temor a
la muerte. “No leí más pensamientos nocturnos, ni
grandilocuencias sobre cementerios, ni cuentos de miedo como éste. En muy poco
tiempo me convertí en un hombre nuevo y viví una vida de hombre”4.
Es evidente que el protagonista logra superar su temor
a despertar en un espacio reducido y oscuro, con poco aire, desde el cual sus
gritos no pueden ser escuchados, pues sí, él ha superado su miedo a abrir los
ojos y darse cuenta de que efectivamente fue enterrado con vida, pero ¿y los
lectores? ¿Lograrán estos superar el miedo producido por el “poeta sombrío”? ¿Ejecutarán
sus propios planes de escape?
1. Narraciones extraordinarias, Allan Poe Edgar, Editorial
Centro Gráfico, Pág.196.
2. Narraciones extraordinarias, Allan Poe Edgar, Editorial Centro Gráfico, Pág. 196
3. Narraciones extraordinarias, Allan Poe Edgar, Editorial Centro Gráfico, Pág.200.
4. Narraciones extraordinarias, Allan Poe Edgar,
Editorial Centro Gráfico, Pág. 204.
2. Narraciones extraordinarias, Allan Poe Edgar, Editorial Centro Gráfico, Pág. 196
3. Narraciones extraordinarias, Allan Poe Edgar, Editorial Centro Gráfico, Pág.200.
La ironía como recurso estilístico para la ridiculización del hombre romántico en el relato “Los Anteojos”
Por María José Sáez Page
“Un autor del periodo
romántico burlándose de lo romántico.”
Edgar Allan Poe crea un personaje,
que representa la idealización del hombre de la época frente a uno de sus
elementos más característicos: El amor. El amor romántico, tan bellamente
descrito por los poetas ingleses, es humillado cuando nuestro paradojalmente
llamado "Napoleón Bonaparte", protagonista de la historia, inicia su
relato justificándose a través de lo que denomina de manera tan sencilla como
“flechazo”. Nos advierte del juicio negativo que ha puesto la sociedad del
período sobre tal idea, por lo que utiliza su caso como prueba empírica y
fiable de la existencia de tal “fenómeno”.
“El flechazo”, denominación del
amor a primera vista, le juega una mala pasada cuando cree sentirse enamorado
profundamente de una mujer a la que ni siquiera
puede ver en detalle a causa de una vista defectuosa que evita asumir “…tuve
la certeza de que mermaría muy poco, si esto era posible, si las facciones de
su rostro no me mostraran más que unos rasgos vulgares.” afirmándonos con
decisión que la fuerza del sentimiento en su interior está muy por sobre la
apariencia.
Cosa que expresa sin saber que nos
habla acerca de una mujer con ocho décadas ya acuestas, y que si bien el narrador
intenta hacernos ver en su relato tal situación como algo común y natural, si
somos lectores audaces, ubicará en nuestro interior “el bichito de la duda”,
esa sensación de que algo se oculta ante la importancia tan grande que cobra la
escena en el desarrollo de la trama.
A pesar de que la narración busca
la despreocupación sobre las diversas pistas acerca del desenlace, estas se encuentran
por toda la relato de manera inmediata o
solo comprensibles llegados al final de la historia. Primeramente y como indicio fundamental,
tendremos la caracterización de nuestro protagonista. De modo tal que en cuanto
te enteras de su particular capacidad visual, puedes relacionarla casi de
inmediato con el título mismo de la obra y objeto relevante en el motivo de
ella. “Los anteojos” ya nos vienen a dar pistas del posible y cómico final ¿Y no es también una burla directa a la
ceguera (ideal) del hombre romántico con respecto al tópico del amor?
De todos modos, tales señales no
son las únicas pistas del tragicómico desenlace. La descripción familiar
detallada entregada por Napoleón en un principio, responde a un indicio que
genera de inmediato una hipótesis en el lector, que se puede confirmar cercanos
al final, cuando ya enterado de la verdad, su tatarabuela y casi esposa le
cuenta toda la verdad expresando su historia familiar de tal manera que: "...
este discurso produjo una gran pasión en la señora Simpson...". El
parentesco, podemos inferir, no solo se manifestaba en el físico, como Eugenia
a través de los gemelos había notado, sino que también a través de la herencia
que conlleva a una clase de orgullo familiar por ambas partes.
Con otras huellas (la mención
directa de Ninon de Lenclos, mujer destacada por involucrarse sentimentalmente
con su hijo) y el final burlesco y humorístico del relato mismo, busca en el
lector igual efecto sobre el personaje protagónico. Consecuencia imposible de
evitar cuando nos describen a una Eugenia bailando un fandango por sobre el
disfraz desparramado en el piso, cual acto grotesco, denigratorio, del hombre
que juraba estar en lo correcto sobre la pasión tan poderosa que sentía en su
interior. Tal situación puede ocurrir
como una opción, pero por otro lado, también podría el lector juzgarse burlado, al identificarse con el apasionado
sentimiento del protagonista, dejándose llevar
y no vislumbrando tempranamente el sentido de la obra.
La ironía de la idealización del
amor expresada en esta historia, es el vehículo a través del cual nuestro autor ridiculiza
la visión del amor de sus contemporáneos, menospreciándola y desarrollándola en
este relato de tal modo que nos lleva a pensar que “siempre hay algo más,
detrás de un flechazo”.
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